sábado, 31 de diciembre de 2011

lunes, 26 de septiembre de 2011

viernes, 1 de julio de 2011

CRÍTICA EN EL COMERCIO (ÁNGEL ANTONIO RODRÍGUEZ)













Ironía, clandestinidad y síntesis

El empeño de este inédito pintor sevillano, residente en Gijón, es escudriñar el mundo desde cierta distancia y plasmar lo que advierte mediante una obra depurada, austera y afín al misterio y la esencialidad de las cosas. ‘Desde mi ventana’ es la primera exposición individual de este prometedor artista, que no renuncia a los contenidos y los mensajes pero apuesta fundamentalmente por composiciones eficaces, bajo una irónica y saludable serie temática que presenta estos días la galería Cornión.

Y es que Miguel Watio (pseudónimo de Miguel Jiménez) defiende un trabajo que, entre los recursos ‘pop’ y la metarrealidad, parece rendir homenaje a la esencia renacentista, sintetizando los dramas y las alegrías mundanas con soluciones plásticas que resultan, a veces, inquietantes y, otras veces, clandestinas. Emplea muy bien los puntos de fuga centralizados y la sección áurea, alternando el contraste compositivo, la línea clara, los colores puros y otros recursos formales para contar historias. Un prometedor artista que se suma a la nómina de esta veterana galería gijonesa. 

jueves, 30 de junio de 2011

CRÍTICA EN LA NUEVA ESPAÑA (RUBÉN SUAREZ)


 




















Watio, un surrealista de lo cotidiano

Una pintura fresca, lúdica, inteligente y popular que aprovecha elementos del pop

Miguel Watio nació en Sevilla en 1966 y allí vivió y pintó hasta que en el año 2004 vino a residir a Gijón. En estos años últimos ha pasado más bien desapercibido en lo que se refiere al mundo artístico, aunque haya contado con alguna muestra individual o colectiva de escasa resonancia y aunque el pasado año una de sus obras haya sido seleccionada en el Certamen Nacional de Luarca, muy poco balance en realidad si se relaciona con lo que su pintura, personal, interesante y atractiva, merece. Puede que a partir de la presente exposición en Cornión empiece el camino para lograr un lugar de referencia dentro de la pintura asturiana.
Me habían hablado de Watio como de un artista pop y en favor de eso parece hablar la tarjeta que anuncia la exposición, una de las obras más en línea con la tendencia, con ese perfil en primer plano de un rostro femenino agrandado y aplastado contra el fondo, resuelto con expresión estereotipada y colores planos. Lo que pasa es que, sobre la barbilla de ese rostro, aparece en pie un pescador lanzando desde tan curioso lugar su caña, por ver si pesca algo entre los entreabiertos labios rojos de la dama, cosa que nunca les hubiera ocurrido hacer a James Rosenquist o a Ramón Rodríguez, pongo por caso. Ese sentido del humor no es propio del pop.
Y es que la pintura de Miguel Watio está mucho más cerca de Mingotes que de Andy Warhol, por citar a un pope del pop y a un artista gijonés irrepetible en cuando a la densidad de su ingenio para hace aflorar, en dibujos y objetos maravillosos, la paradoja, la ironía y en general el surrealismo de lo cotidiano. No comparo sus obras, me limito a decir que Miguel Watio se aleja en su obra del distanciamiento, la frialdad objetiva y la ausencia de invenciones y fabulaciones visuales del pop y está sin embargo en sintonía con el sentido poético, irónico y tierno, del otro Miguel.
Otra coincidencia es la identificación con lo local, en el caso de este pintor con personajes de la ciudad, cosa que instintivamente registré y, al comentarlo, Amador me confirmó en la galería. En ese aspecto, pocos artistas habrá tan gijoneses como este sevillano, que capta tipos y actitudes del diario vivir y luego los pone en la relación con objetos de todo tipo, los «encuentros casuales» de los surrealistas. En «la mesa de billar», un operario pasa sobre el tapete verde una máquina cortacésped, algo digno de Magritte. Lo gijonés se me ocurrió al ver la señora de la pintura «Ñora, ñocla», genuina en porte y pose, y sí que existe y es bien conocida, como al parecer el anciano que aparece bajo una lámpara en «El iluminado» o el personaje que aparece encerrado en un envase de cristal en «en el bote», que hace ejercicios gimnásticos en la playa.
Realmente, resulta gratificante ver esta pintura, fresca, lúdica, inteligente y alegre en su vivo y variado cromatismo. Y todo eso, además del buen y seguro manejo de los valores plásticos, utilizando los elementos del «pop art» que puedan aprovechar a su libre juego de formas y colores, pero sin renunciar a lo expresivo, al toque personal subjetivo para dar la vida a los personajes y al juego conceptual para el motivo.

EMISIÓN EN RTVE PANORAMA REGIONAL

Si pinchais aquí podeis ver lo que emitieron hoy en la RTVE para Asturias. Está al final del programa.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/panorama-regional/panorama-regional-30-06-11/1142260/

lunes, 27 de junio de 2011

CRÍTICA EN LA NUEVA ESPAÑA (JOSÉ A. SAMANIEGO)


 













Miguel Watio, del pop crítico y cercano al surrealismo
Un viaje entre el humor y la ironía que navega por el mundo de la publicidad y las viñetas políticas

Es la primera exposición individual de Miguel Jiménez / Miguel Watio (1966), autodidacta sevillano y vecino de Gijón desde hace 7 años.

El dibujo sencillo y muy vistoso, algo que te entra por los ojos y no deja resquicios a la duda o grietas a la interpretación. La composición clara y perfectamente organizada, los colores planos en suaves armonías, delimitando base y horizonte, como si de un bodegón se tratara, con su mesa de objetos contra la pared de fondo. Tales son los elementos pictóricos, al acrílico sobre lienzo, que responden al calificativo de arte pop que aplicamos a la obra de Miguel Watio en Cornión.

Y como el arte pop, en su nacimiento y recorrido, ha estado siempre ligado al mundo de la comunicación, sea publicitaria o política y cultural, tenemos que entrar en la sustancia de los contenidos que el pintor Miguel Watio nos propone o incluye en su obra. Y aquí nos movemos en cierta franja no muy ancha que va desde el humor y la ironía hasta bordear el surrealismo, entendido éste como mundo de los deseos soñados y más o menos alimentados en el fondo del subconsciente. Todo ello utilizando contrastes visuales, que no verbales, ligados a la sorpresa llamativa que navega por el mundo de la publicidad y las viñetas políticas más sonadas que cotidianamente analizan lo que nos está pasando. En este sentido, al pintor Miguel Watio le basta con alterar los tamaños de objetos y personas para lograr los golpes de sorpresa, humor e ironía patentes en su obra.

Empezamos por obras amables e irónicas. «La mesa de billar» americano que la segadora convierte en campo de golf o viceversa habla de cómo el hombre de hoy imita y somete a la naturaleza. «Las gafas de Lupe» va contra las exageraciones de la moda. «Regate» critica la excesiva presencia diaria y mundial del fútbol, que junto con otros eventos ha superado ya con mucho el antiguo «pan y circo» (panem et circenses, de los emperadores romanos y actuales adláteres). «Laurel» y el mundo de la alta cocina que nos entra en casa. «Entre agujeros» ironiza sobre los registros de chapas metálicas que llenan las aceras de la ciudad. «La base triple» alude al mundo de cables de ordenador que invade las mesas de oficina y se nos mete en casa.

Seguimos echando al pote unos chorros de vinagre. El casi anciano que camina llevando una bolsa que dice «Reutilízame»: él mismo pide que le apliquen la ley de la muerte digna. «Banana news»: cada día las noticias son más bananeras. «El iluminado» es un hombre mayor, cuyas únicas luces han dejado de ser metafóricas. «La nueva Europa» toma un billete de 50 euros con sus estrellas y pórticos clásicos, a cuyos pies alza la mano una pobre de pedir. El fumador que vive dentro del «Contenedor amarillo», puesto que él mismo se siente viviendo ya en la papelera.

Y terminamos con imágenes que se acercan al surrealismo. «Ñora y ñocla», juego de palabras sobre el culto al cuerpo y sus límites o contradicciones. «Su otro yo», la señora que se mira en el espejo: su vestido no cambia mucho, un mero golpe de calidoscopio, pero tal es el juego de «ver y ser visto» al que nos entregamos a diario. El mundo social se convierte en pasarela. Más inquietante es el anciano «en el bote», pues la tapa, jugando con la imagen del euro, sugiere la apropiación de bienes del abuelo. Y, la última, «El sueño del pescador», que lanza su caña alzada a pescar en los labios insondables de una mujer. ¿Pretende un beso, una caricia, una declaración de amor? Juega el visitante a introducir cambios en esta imagen. Hasta que comprende que a ella le duele la cabeza.

domingo, 26 de junio de 2011

CRÍTICA EN LA VOZ DE ASTURIAS (J. C. GEA)
















Foto: D.Mora


De la crítica acrílica al surrealismo pedestre
Mirar por la ventana del propio domicilio, cazar al transeúnte en su imagen anónima y fugitiva y después trasladarlo a un mundo paralelo repleto de las formas reconocibles, funcionales y domésticas de los objetos con los que solemos convivir; pero esta vez agigantadas o descontextualizadas, magnificadas o desfuncionalizadas en un universo tan ajeno y a veces hostil como repleto de ironía. Esa es la estrategia de Miguel Watio, sevillano afincado en Gijón que ha sorprendido con la peculiar mezcla de costumbrismo, crítica social, surrealismo ligero y pop art que combina en Desde mi ventana, su primera exposición individual, que estos días ocupa las paredes de la gijonesa galería Cornión.
Watio -nacido en realidad Miguel Jiménez, aunque artísticamente haya preferido recordar un antiguo negocio de electricidad- ha conseguido definir con seres y objetos vulgares y una paleta plana y acrílica un espacio propio en el que caben la crítica social (La nueva Europa, Banana news, Regate) junto a lo surreal más pedestre (El sueño del pescador, Lluvia), en un registro pictórico que encaja plenamente con cierta veta de la galería gijonesa y que evoca a maestros como El Roto.

viernes, 17 de junio de 2011

RESEÑA DE EL COMERCIO














Miguel Watio cuelga su primera individual 'Desde mi ventana', en Cornión

Fue uno de los jóvenes a los que Amador Fernández descubrió y reunió en 'Artistas de Cornión en pequeño formato'. Exposición del pasado mes de enero, que supuso el primer contacto de Miguel Watio con la que ahora es su galería y en la que ayer abrió su primera individual. Hasta el 16 de julio cuelga una veintena de cuadros que son fruto de una mirada reflexiva y algo pop, realizada al mundo 'Desde mi ventana'. Ese es el título de muestra de este sevillano que mece su colorista obra, seleccionada en el Certamen de Luarca, entre el drama y la comedia cotidiana.

miércoles, 18 de mayo de 2011

EXPOSICIÓN INDIVIDUAL EN CORNIÓN

A partir del próximo 16 de junio y hasta el 16 de julio realizo mi primera exposición individual en Asturias. Será en la galería Cornión de Gijón. Unos 20 cuadros y la exposición llevará como título: "Desde mi ventana".